Este extraño caso sucedió el 10 de septiembre de 1945 al agricultor Lloyd Olsen de Fruita, Colorado.
La suegra de Lloyd fue a cenar, por lo que la señora Olsen decidió preparar un pollo para la cena. Lloyd se dirigió al patio y eligió a su víctima: Un gallo de 5 meses con el nombre de Mike. Sin embargo, cuando Lloyd apuntó con su hacha en la yugular del ave, la hoja perdió el objetivo. La cabeza fue cortada y sólo se mantuvo intacta una de las orejas de Mike y la mayor parte de su tronco cerebral. ¿Quién sabría que todo esto era lo que Mike necesitaba para seguir viviendo una vida un poco saludable?
Al final resultó que, Mike podría caminar torpemente después de la decapitación fallida. Sus intentos de cantar eran una historia diferente, sin embargo, todo lo que era capaz era un gorgoteo de su cuello. Olsen decidió seguir cuidando a Mike, y fue capaz de alimentarlo con una mezcla de leche, agua y maíz a través del hueco del cuello con un gotero.
Todo terminó en marzo de 1947, cuando Mike empezó a ahogarse en el medio de la noche. Los Olsen no pudieron salvarlo a tiempo, ya que había dejado por error sus jeringas y materiales para la limpieza y alimentación en el lugar del espectáculo del día anterior. Las teorías afirmaban que la tráquea cortada de Mike no pudo tomar el aire correctamente, y se ahogó como consecuencia de ello.
Después de la muerte de Mike, se reveló que él fue capaz de vivir después del accidente que cambió su vida debido a un coágulo que le impedía desangrarse. Y puesto que la mayor parte de su tronco cerebral aún estaba intacto, controlaba las funciones básicas como la respiración, frecuencia cardiaca y los reflejos, Mike fue capaz de vivir una vida milagrosa.
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